sábado, 1 de mayo de 2010

LA CASA

La adusta casa.
Fachada de hiedras pretéritas.
Casi es de noche, o quizás
de madrugada en rumbo.
La soledad habita en ella,
enmohecidos candados
los prueban.
Cuánto transeúnte por su acera.
Cuántos atardeceres llovidos,
con linyeras guarecidos
bajo su alero gótico francés.
Los fantasmas merodean sin cansancio
el estrépito balcón,
donde alguna vez alguien,
se lanzó al vacío.
La casa en penumbras
a merced del tiempo.
Prominente se yergue
esquivando siniestras
demoliciones.
    Darío Arístides Molina - “Píndaro”

1 comentario:

  1. darío me gustaron muchos tus poemas , te sigo a través del blog, esa casa, ay, esa casa que nos persigo, mi amigo , meli, la pampa-765-

    ResponderEliminar