lunes, 5 de noviembre de 2012

EL ASESINO DE LA PELÍCULA Y OTROS POEMAS



                                                                   Por Nadia Moyano
¿CON QUIÉN SALÍAS EN LA ESCUELA?
Regresamos a su departamento
Y después de forcejear en silencio
con las puertas abiertas
y el televisor a todo volumen
nos acostamos
Él no tardó en tumbarme de espaldas
y  frotarse contra mis piernas varias veces
hasta eyacularme en el cuello
Me quede acostada con los ojos cerrados
y un brazo en la cara
Trate de llorar y no pude
Él quedo tendido sobre mi cuerpo
Sin decir nada.
Después de un rato
cuando el semen se secó en el cuerpo de ambos
me preguntó:
¿Con quién salías en la escuela?

EL ASESINO DE LA PELÍCULA

Él entró a mi dormitorio
Me agarró por atrás
rasgándome la bata
Me puso las manos en torno al cuello y tiró hacia atrás.
Caí de la cama, me escurrí por el piso
Estaba asustada sabía que iba a morir
Me acorraló entre el placard y el escritorio y me pateó
Me dio en el muslo y me encorvé, encogiéndome.
Tenía frío
Traté de ponerme de pie
Luché en silencio
Hasta que el asesino de la película desapareció

HASTA QUE EMPEZARON A PASAR LOS COLECTIVOS 

Abrieron la puerta.
Entraron sin hacer ruido
Dejaron
la ropa sobre la cama
las pelucas en el perchero
sangraron
sus cuerpos desnudos bajo la ducha
sangraron
los deseos se confundieron
Ella se relamió los labios
trató de hablar y no pudo
Él la penetró
tragó saliva
y se echó para atrás
para observar su cara de gozo
Después escucharon la radio
comieron algo enlatado
se ducharon con agua fría
y se quedaron acostados
hasta que empezaron a pasar los colectivos

LA VISITA DE GUMMO

Él se la puso hasta la empuñadura
en la espalda, cerca del hombro
Usó ambas manos.
Ella vio todo en relámpagos saltones:
el hombre, el pene, la sangre
la expresión de los que observaban desde las ventanas
Luego las luces se apagaron en la ventana
pero ellos aún estaban allí observando

Ella permaneció en la oscuridad
temblando y llorando
los ojos llenos de horror ante lo que veía
y cuando ya no pudo soportar
la visión de lo que el hombre hacía
con esa carne quieta sobre la cual se movía
miro arriba
hacia las ventanas de la oscuridad
donde los demás estaban aún



EL AMOR Y LA VOLUNTAD

Tenía las botas, las piernas y el abrigo
Manchadas de barro
Me quedé en la vereda sentada
Sentí como la ciudad respiraba
Maldije a San Luis por décima vez
Seguí andando
buscando a tientas un rostro conocido
hasta que decidí volver a casa
entonces al abrir la puerta
vi como la forma de un intruso
llenaba la puerta

MEDIA FRANCESA
Poco a poco, año tras año, todo empeora.
Entorno al patio crecen los escombros, la basura, los yuyos
que él los fines de semana se niega a cortar.
Sola en mi cama abrazada a mi propio monstruo
veo morir el día
mientras pienso en el resplandor de una media francesa

LA MIRADA DEL CICLISTA

Un grito en cámara lenta.
Prófugo de la escena.
El doble de riesgo de mi asombro.

Hice la vela.
Empujando hacia abajo.
Incómodo y agotador.
La contemplación siempre nos lleva al deseo.

EL LENGUAJE DEL AMOR

Condones en el suelo. Condones en el cielo.
Condones que fosforecen. Condones que florecen.
Condones que se añoran. Condones lánguidos, señoriales.
Condones erguidos e imperiales. Condones comerciales.
Condones en un parque, en un jardín. Condones sinfín.
Condones camaleones, tulipanes, condones frutales.
Condones tropicales. Condones nupciales. Condones especiales.
Condones, condones, naturalmente refractarios al lenguaje del amor.

NADIA NADIE

Nadie puede desnudarme. Nadie puede quitarme el vestido.
Nadie se detiene a mirarme. Nadie puede ver lo que hay en mí.
Nadie. Nada. Nadie. Nada. Nadia.

SOBREVERGAS
La verga, inerte
en esa cama se arrugó
en esa habitación se marchitó
La verga flácida, laxa, la salubérrima verga murió
Sin que pudiera tocarla.

SEXO FUE ESE REVUELO

Sexo fue ese revuelo
La ropa en el suelo
Cenizas que no terminan de caer
Este estampido que resuena
Sangre que besa el río
Quemada por la sed

Nadia Moyano. Nació en contra de su voluntad en 1990, en San Luis. Ha tratado de mimetizarse con un grupo de chicas con pésimos resultados. La erotiza el otoño y las hojas arremolinadas por el viento solo cuando las ilumina un coche. Desconoce cual es el secreto de la poesía y descree de todas las promesas.

Fotografía: Image of violence. Noboyhusi Araki.










EN LOS LÍMITES DE LA MELANCOLÍA