domingo, 9 de mayo de 2010

NUNCA APRENDÍ A NOMBRARTE

Nunca aprendí a nombrarte
con palabras de este mundo.
¿Cómo te llamas esta tarde?
Tu nombre es del viento, es de las mareas.
Vuelvo a desnudarte y tus ojos, tus pechos
se agrandan, sin revelar tu nombre.
Te hablo con una voz que no es mía,
te acaricio con unas manos que no son mías.

Ahora sentado en tu cama,
fumando, te observo respirar,
y tu aliento, me digo, es de los vientos,
de los demonios que alumbran tu silencio.


Nunca supe nombrarte,
ni siquiera aquella noche
en el residencial Las Lilas,
cuando tu boca, tu lengua, tu pie
me mostraron el fondo del cielo.

No sé cómo he de llamarte.
Enfrento el silencio
que deja tu nombre no revelado,
y en el borde de la taza
acaricio tus labios
que huelen a té,
besos las hojas tostadas
que anuncian tu regreso,
deseo la órbita de tu sexo,
y acostado en la cama
sin nombrarte aún,
con mis manos despido tu imagen.
M.G.Freites
Fotografía: Darío A.Molina

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