sábado, 12 de septiembre de 2009

TANGO CON LLUVIA PARA AGUSTINA

Tenías por costumbre llorar los domingos con lluvia, soltabas tu melena rubia y tus lagrimas de nunca acabar mojaban pañuelos grises, talismanes de los días felices, cuando eras de la primavera la cruel envidia, la primera en devorar corazones, la reina de todas las canciones que con labios chorreados de lúpulo desafinábamos los sin suerte, los olvidados que por la vida nada damos.
Ahora que las luces envejecen y las flores del asfalto crecen, tú sombra de cara al espejo se arrastra dócil, que lejos quedó la orgullosa rebeldía que tenías en aquellos días cuando eras la diosa del bolichito que en mis arrebatos visitaba, y al mejor postor tus sucios besitos ofrecías sin pudor y como un niño soñaba con darte mi amor y hacerte mi mujer.
     Ahora no hay nada por perder, recuerdas tras la lluvia, de soltera tu cuarto, el gato de porcelana, las flores que olvidaban la primavera, aquellos pececitos de colores que alegraban tu paseo cuando daba un respiro el deseo de los hombres impacientes.
Agustina, con sangre mi confesión escribo, yo que fui tu cliente, tu marido, el noble varón que con la garganta llena de alcohol te arrendó su pobre corazón, y si no es tango, es rocanrol, esta canción que te escribo para que cuando todo terminé de mis palabras acuses recibo y aunque un poco te lastime , Agustina has de saber que cuando solo sabías llorar y en la lluvia nada podías ver, este pechito amor sin parar te entregaba, y si tu profesión extrañas, puedes volver al pasado, nunca te pediré explicación porqué todo lo di por acabado con esta larga confesión que con sangre, alucinado escribo en mi habitación.
Ezequiel Garone-Nació en Polledo en 1988. Actualmente se dedica a la construcción y sueña con armar su propio velero para ir a navegar por el mundo. Cosa que ponemos en duda.

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