domingo, 20 de septiembre de 2009

UNA CARTA MIENTRAS TANTO

CECILIA RIZZO ESCRIBE UNA CARTA A QUIENES LA GUIARON POR LOS DISTINTOS SENDEROS QUE NOS OFRECE LA VIDA. ES UNA MISIVA INCONCLUSA, ABIERTA A LAS BUENAS NUEVAS QUE TRAEN LOS VIENTOS.

                   Lo importante es el movimiento, no dormirse en las sábanas que nos envuelven con su sopor de conformismo. Mostrar el rostro, poner el pecho y darle batalla al hastío, a la desidia, y con ojos renovados apreciar lo que nos rodea. Comprender que el enemigo no es el otro, sino uno mismo. La lucha es íntima, es propia y vislumbra el placer de no existir. No detenerse, seguir adelante, jugarse siempre por un qué, y no por un absurdo por qué, solo así podremos descubrir esa fibra que nos atraviesa , nos distingue y permite que diariamente nos adentremos en el vaho del ensueño.
      Se puede llegar a destino, y no caducar bajo las exigencias diarias, no vender intercambiar tus valores por lo que te imponen como reales. No bajar la cabeza, empujar y vivir, porque el único freno es la quietud, principio de todo mal. Estas no son mis palabras, son sus palabras, las que me enseñaron desde la cuna, las que me forjaron, y me hicieron lo que soy. Ellos me heredaron este pequeño tesoro que no tiene comparación. Es una luz, un rayo, un cielo de primavera, unos ojos que surgen de la nada para ver todo. No sé como termina esta carta, porque la vida es continuo movimiento y esto aún no llega a su fin.

2 comentarios:

  1. mami adoptiva, me encanta la garra de este texto ("este" aca, no lleva acento, porq está acompañando a un sustantivo ja) Me gusta mucho y seguro q ahora estás colorada jaja, un abrazo.

    Patchu

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  2. La veta creativa te sigue no solo en la plástica, sino también en las letras.

    Veo que el espiritu de Don Felipe (Abuelo) y Doña Catula (Abuela) siguen vivos.

    Te quiero mucho

    Diego

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