martes, 16 de febrero de 2010

CUANDO LAS MONTAÑAS GRITAN EN SILENCIO

"Justificando mi cabeza perdida,
quizás siempre te diga que todo ya pasó.
Es que a cierta edad hay una inmensa pared
que a veces es precido volver a saltar."
(Leon Gieco)
Esta noche, como tantas otras. El globo me pregunta porque estoy triste, la respuesta siempre está ahí, medio escondida, jugando a no ser vista, y soñando gritar piedra libre para todos. Pero los ángeles ya no viajan y la respuesta es tan lejana como el reflejo mío que juega entre las mojarritas del rio. La lágrima se hace una con la dulzura del agua, las gotas de un cielo que llora en silencio, el aire liviano de viaje, tú aroma siempre tan lejano, y esa pregunta que nunca pude contestar “¿por qué me hablaste y te fuiste?”.


Dios no llora más. Me busco en todas las esquinas, pero soy el eterno desaparecido de mi vida. Ya no hay más presente, me escondo en tus borrosas palabras que alguna vez jugaron, antes de matar. Ahora vivo en el pasado, que no sé si es el delirio de un delirio, o el recuerdo de un recuerdo. Y mis gracias te sorprendieron, ningún sueño muere si primero no fue soñado.

Ahora me voy porque ya no hay lugar en esta barca para mí, suelto este árbol y todavía no es tiempo de encallar mi bote, la arena es ajena a mis pies que solo quieren jugar a ser agua. Y cuando tenga que volver, ya no vas a estar, porque tu destino es ser libre. Ya no sabré donde morir, porque la tumba está perdida entre tus ojos.


Patchu Lucero

1 comentario:

  1. soy carólico apostólico romano, y quiero decirte que es un insulto a mi culto, que te reís de Dios que todo lo ve. Ademas en una página donde la literatura busca los niveles más altos de la abstracción, vos llenas todo con tu cursileria.

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