viernes, 30 de octubre de 2009

MORDAZAS


Yo le ponga mordaza y le lamo los pies.

le impregno mi silencio
y el vierte su deseo en cada mirada.


Quiero alimentarlo
preparar con sal, con agua, con harina
lo que sabe mi cuerpo.
Me rasguña la pelvis
y tomado de mi cintura baila.
Le ordeno que se quite su traje de baño,
luego le ato las manos a los tobillos,
le vendo los ojos con un pañuelo
y le obligo a decirme que me quiere.
Hoy es mi mendigo, mi vagabundo,
viste harapos y es muy feliz.
Hoy prueba el reseco pan del pobre pedir.
Jura que no es amargo ni duro.
Al comer de rojas migajas
envenena su cuerpo
y como una bestia herida se revuelca.
Mala, malamente, herido.
Herido en la garganta,
jadea, susurra mi nombre,
aferrado a mis piernas
jura que me quiere,
y finalmente en torno suyo,
un moho negro, espeso y húmedo,
crece y lo asfixia.
Al cerrarse el espejo
lo que fue odiado
quedara al fin olvidado
junto a la lumbre de huesos cansados
que penden del tendido.
Miembros trastornados del salvaje
que conjuro la alborozada lluvia,
que cayó con dureza en mis sueños
pero que nunca se atrevió a quererme.
Todo será olvidado.
Al cabo de las noches
habitaremos otros cuerpos
y dominados por la malicia
moriremos libres
sobre la misma tierra
donde no interviene la dicha
sino el fulgor de lo olvidado.
Eso que yace roto entre los despojos
de lo que ya fue, sin haber sido nunca.

1 comentario:

  1. markos loko...que bueno leerte.pasate por aka: www.nasaindycartonera.blogspot.com un abrazo desde formosa.
    fernando

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