Abro la puerta a las sombras, para que la tarde sin fin cumpla su promesa de amor, y a lo lejos es tu voz la que se alza para nombrar lo que nuestros cuerpos ignoran.
Resucito entre estas palabras que son las últimas, para que una mujer desnuda me reciba , mientras yo me dejo caer sobre la almohada para reencontrarme con esa dolencia irrevocable, apenas vista en alcobas de alquiler.
No es amor, no es amor este intento de sumisión, este ignorado ritual donde tu sexo decide amarrarse a la ropa, ceñirse a un cuerpo desobediente que solo fulgura en la negación.
Cuando ya no quede nada, ni siquiera este deseo que temeroso se amotina, y revise los papeles sucios que amontona el viento, como a una presa recién abatida te admiraré, y todos esos cuchillos fríos que respiran en mí se harán carne en tu abatimiento.
No es amor, no es amor esta incandescencia temprana.
Esta es la misma noche que se alza para enredar las sábanas en tu desnudez, para clavar alfileres en los dedos de las muñecas que duermen su encanto, y así probar que son ciertas las formas de la muerte justo allí, en el estertor de una vida en la que ya no estamos.
¿Qué será aquello que resta por conocer?
Lugares comunes donde el deseo caduca.
Caballos que se asustan al ver la mar.
El murmullo sordo de una lluvia que nos es ajena.
M.G.Freites
Resucito entre estas palabras que son las últimas, para que una mujer desnuda me reciba , mientras yo me dejo caer sobre la almohada para reencontrarme con esa dolencia irrevocable, apenas vista en alcobas de alquiler.
Al sumergirme en la sangre dejo que salgan palomas, sollozos de pasión, y mis ojos se abren al agua para hallarse en ese instante que no se atreve a andar solo.
Extrañas formas tiene el deseo.
Cuando ya no quede nada, ni siquiera este deseo que temeroso se amotina, y revise los papeles sucios que amontona el viento, como a una presa recién abatida te admiraré, y todos esos cuchillos fríos que respiran en mí se harán carne en tu abatimiento.
No es amor, no es amor esta incandescencia temprana.
Esta es la misma noche que se alza para enredar las sábanas en tu desnudez, para clavar alfileres en los dedos de las muñecas que duermen su encanto, y así probar que son ciertas las formas de la muerte justo allí, en el estertor de una vida en la que ya no estamos.
¿Qué será aquello que resta por conocer?
Lugares comunes donde el deseo caduca.
Caballos que se asustan al ver la mar.
El murmullo sordo de una lluvia que nos es ajena.
M.G.Freites
Siempre hay un puntito que miro en la infinitud de las cosas y ahí estas vos escribiendo, mientras yo espero conocerte.
ResponderEliminarMelissa
Me gustan esos movimientos que quiebran la realidad, que rompen con la lógica, que le arrancan la armadura oxidada a la escritur.Parte del decir de Freites.
ResponderEliminarprof.ARIEL MARTINEZ-CASILDA-STA FÉ
Freites, revise antes de publicar, tiene errores de dijitación. Repetitivos los tópicos: desnudes, cama,muerte...
ResponderEliminarArjona dándole cátedra a Beethoven. Digitación con j, desnudez con s, falta de espacio luego de la coma. La próxima no deje de firmar su comentario, así descubrimos un nuevo sinónimo de mamarracho.
ResponderEliminarOigan, pero tiene razón en que antes de publicar por un medio masivo, debe revisarse. Sé que, en muchos textos, se incurre en errores de digitación; y si ustedes son de la carrera de comunicación y lenguaje … deben dar el ejemplo. O quién sabe, quizás fue una parodia su comentario. Una cosa es el contenido y con eso me quedo.
ResponderEliminarARIADNA QUIEN DISCFRUTÓ DEL CONTENIDO.
(Ante esto recordé: Una persona podría morir por una errata en un libro de medicina)
Genial, Ariadna, por esta fe de erratas,a mi también me chocaron los errores de digitación.
ResponderEliminarMe hubiese gustado encontrar a Freites.
No lo veo en ningún lado.
Aunque esos caballos rescaten del naufragio todo.
Cariños, Camila
Mi réplica apunta a lo mismo, Ariadna; al saber superior necesario para enseñar y corregir a otros. Alguien que escribe digitación con j y desnudez con s no da la talla para señalar errores en la escritura ajena. No es posible dar cátedra de materias cuyas nociones básicas se ignoran.
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