sábado, 19 de noviembre de 2011

JALEA REAL


La vela oscila entre la oscuridad y las sombras. La habitación huele a humedad y pis de gato. Te reís al salir del baño y verme con la manta en los hombros. Parecés un personaje de Burroughs, me decís mientras besas mis labios, ya no tan tímida como ayer te acostás en la cama y de un soplido acabás con la luz.
*
La oscuridad es el lápiz de los analfabetos.
*
Estás sobre las sábanas deseando morir una noche más. Tal vez merecías de mi Jalea Real, y entonces te escapás y venís a mi puerta seguida por tus acólitos alados. Nos besamos sobre el aire, y nos tocamos, y deseamos, y hay piel, y tu sexo y mi sexo, sobre el aire, y tu sexo y mi sexo, tras el viento y los barrotes de la luna. Deseamos ir más alto, tal vez muramos, somos dos abejas en medio del aire, y tu sexo y mi sexo, te deseo más, y más, y más.
Adentro,
adentro,
adentro,
adentro,
adentro.
...
Pero no llegamos a distinguir las estrellas muertas, al fin, somos dos abejas en medio del aire.
*
Me despierto y no sé si te soñé, o me soñé. Estábamos en un cementerio, caminábamos entre panteones roídos por el viento. Jugábamos a encontrar el más viejo. 1950, 1930, 1918, 1900. Frente a los huesos hechos tierra te pregunté de donde salían tantos gusanos. Vos sonreíste, me besaste con una lengua larga, y en un susurro, mientras pasabas el dedo por un cajón lleno de polvo me dijiste: Están dentro tuyo, amor.
*
Tengo la extraña sensación de estar vivo. Aunque los vidrios ya no me lastiman.
*
Ahora volás a tu jaula, y yo tengo toda la noche entre mis dientes.

Matías Lucero

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