ojos descoloridos
en aguas cálidas
sumergidos
a pleno sol
delatan
el juego solitario
de la bañista
proyectado
sobre la arena
cuerpo primaveral
abierto al sol
en esta nada
que olvidó
su ansia de ser algo
serpentea el río
aletea los peñascos
con espumas en las alas
persigue la ruda caricia
del sol
que en la siesta
obliga sus fatigas
la bañista
pinta pájaros muertos
en sus pechos
y se los ofrece
a mis ojos
el deseo
corre el velo
ante los ojos ávidos
y ella
el río
se adhieren
a esta siesta imaginada
M.G.Freites
Gaby, no me gusto, sorry, quiero ser Almada.
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