A lo largo del relato casi inédito Auto combustión Esotérica, hay un personaje que constantemente se pregunta ¿Qué hay tras la gran salina? Lo desesperante cuando uno lee es que nadie parece atreverse a contestar esa pregunta. Tal vez porque nadie se ha atrevido asomarse a ese abismo, cuyo preludio es la nada. Tal vez porque todos prefieren habitar la comodidad del encierro, antes que enfrentarse a ese páramo que surge dispuesto a devorar a todo aquel que se arriesgue a atravesarlo.
El encierro representa en la escritura, ese sitio dónde el ser humano es condenado desde el mismo momento en que es engendrado. Desde la placenta a la incubadora, desde la cuna al ataúd, los dispositivos de encierro, aislamiento, reclusión forman parte del paisaje natural del hombre. La distribución de los espacios es uno de los principales instrumentos de dominación, nos dice Almada. Es evidente esto en El catalogo de la literatura diestra dónde un gramático propone una clasificación taxonómica de los estudiantes según el lugar dónde viven. La mejor manera de estudiar, dice el docente, es recluirse en un cuarto. Tendré que poner en práctica la misma estrategia que utilicé para dejar las drogas, y la imagen nos recuerda al film Trainspotting.
La escritura también es minimalista. Almada va construyendo espacios cerrados con sus sentencias. Con esas frases que parecen elevar muros, construir diques para contener la hemorragia creativa. Otras veces su escritura utiliza la apropiación y recomposición. Es decir recorta fragmentos de otros textos para luego unirlos de forma aleatoria. Pese a cierta anarquía que parece predominar cuando elige esta técnica, es inevitable percibir cierta idea de orden que va enclaustrando aquellas palabras adeptas al libertinaje.
“ Soy un lector que descendió a la categoría de escritor y eso me facilita a no tener ideas previas de cómo tienen que ser las cosas y a estar más listos para escribir, con la mínima de las nociones que uno puede tener". Esto explica que Almada sea el mismo escritor de la extraordinaria y asfixiante "Estepa semifusa " como de la abismal "Aquí vamos eternidad". Recitada hasta el hartazgo en los bares de la ciudad por borrachines que al calor de la madrugada escupen un poco de aliento poético, incitados por el fragor de la ingesta alcohólica desmesurada. Estamos hablando de un monstruo huidizo. "Donde la gente ve guerra, yo veo otra forma de paz ", asegura Almada en el prólogo de la primera edición de Preludio Desafinado. "El monstruo es una cualidad que cuando estás manejando algo que podría llegar a ser arte aparece, porque es desacomodado, inesperado, no forma parte del cánon o de lo que debería ser lindo. A mí lo lindo no me atrae, a mí me atrae lo bello".
Lo bello, en Almada , muchas veces surge de la contemplación desde el encierro. Una reclusión voluntaria que nos permite ver con lucidez el camino recorrido. Sin dudas en su poesía el espacio es mucho más importante que el tiempo, por lo general, los relojes, los calendarios aparecen como instrumentos en desuso, porque tal vez la única forma de abolir esa monstruosidad vertiginosa que es el tiempo, factor principal del envejecimiento, es encerrase en su propia caparazón, y construir una cosmogonía personal regida por nuestras propias leyes. “La manada, la tribu es lo que al fin nos destruye, y lo que es peor lo hace de una forma tan silenciosa, que cuando nos damos cuenta es tarde. Su principal artificio es la afirmación de ese eterno desnutrido, niño hambriento, también conocido como yo”.
AQUÍ VAMOS ETERNIDAD
En el momento en que dijimos, aquí vamos eternidad.
La hiedra se detuvo junto a la vulva y de sus paredes mucosas
brotó una lluvia de palpitaciones.
Nosotros también nos penetramos, y a veces un poco
deslumbrados por el placer
nos quedamos por ahí... tambaleando.
Con toda nuestra virilidad adentro.
Pero la cosa recomienza, y siempre volvemos
a ser lo que éramos.
Unos fetos, un escupitajo pegado en las sábanas,
una mancha reseca en la pared.
Los deseos turbios de nuestros padres
animales en celo, creándonos sin amor,
(en estas condiciones ¿Qué es el amor?)
sumidos en una calentura vil,
copulando como si fuesen unas yeguas
nuestras madres.
El espermatozoide boquea en el agua oscura del inodoro.
La vida es un relleno de cosas innecesarias.
Avanzamos impulsados por la esperanza de un buen final.
Pero no es posible. Sólo resta un temporal que acomode los despojos.
No somos más que deshechos atrapados. Sin preguntarnos, sin interrogarnos.
Habrá que ver lo que es seguir... Pero que siga, que siga...
sin detenerse. Que se fugue en su ceguera.
Nadie escapa de este campo de concentración.
Y cuando comienza uno a fornicar a grandes rasgos,
sin sentarse en una pija, sin probar la dulzura
de un glande adolescente, sin mascar el prepucio
de un hombre desesperado,
el culo comienza a anegarse
y se termina por alquilar un cuerpo
por unos instantes,
sin ojos uno se adentra en el magma
ardiendo, ardiendo, ardiendo.
En el cenit del desgarro, boqueando,
recomienza su labor el miembro estéril,
y hay vientos-flatulencias por ahí. Resonando.
Torpedos anacrónicos del desfile patrio con estruendos estériles
sofocando rabias, sepultando caballos de próceres,
siempre desde este encierro, el único sitio dónde soy.
Rubén Rogelio Almada,Paisaje Final, 1978
Fotografía: L.D.Wolfe
"Yo no tengo miedo porque no tengo esperanza", me dijo hace poco un amigo con cierto aire de vanagloria. "Vos no tenés esperanza porque tenés miedo", pensé; pero preferí callarme. Me pareció que, de algún modo, se sentía a salvo en su armadura de miedo, echándole la culpa al tiempo, a la muerte, a Dios que no existe, a las cadenas que impone la cultura y a la reputa madre de lo efímero que nos parió. No son pocos los que un día se encuentran con la nada, cara a cara, y se vuelven cagones para siempre.
ResponderEliminarNo he leído la obra de Almada, pero creo que esta reseña apunta hacia otro lado, reflexionar acerca de los espacios, de la condena que pesa sobre los cuerpos, así como también dar un punto de vista acerca de los instrumentos que utilia el poder para vigilar las personas, y con respecto a la frase, sin esperanza y sin miedo, esta ligada a la poética del poeta español Gamoneda." No tengo miedo ni esperanza. Desde un hotel exterior al destino, veo una playa negra y, lejanos, los grandes párpados de una ciudad cuyo dolor no me concierne. Vengo del metileno y del amor; tuve frío bajo los tubos de la muerte.
ResponderEliminarAhora contemplo el mar. No tengo miedo ni esperanza"
Para el poeta la esperanza es una “forma de consuelo”, un autoengaño que ya no se sostiene. Gamoneda se desmarca en varias ocasiones de quienes aun se consuelan en ella: “otros os engañáis con la esperanza”.
Ahora deberíamos preguntarnos: ¿Podemos asumir una vida “sin esperanza” que renuncie a todo futuro? La resistencia que contiene la poesía de Gamoneda es valiosa, señala al individuo la salida moral del mundo; pero el mundo queda ahí. ¿Cómo renunciar a la dimensión colectiva?
Georgina Marini
Sin miedo ni esperanza, sin alegría ni amargura, sólo ira y estupor, y temblor cuando la voz tiembla, y del hombre – incluso abatido, incluso reducido a la espera de su fin – la dignidad.
ResponderEliminarEs verdad acá la iscusión tiene que ver sobre el espacio, cai no hay referenias nihilistas, salvo el poema, que uno podría interpretarlo como un ataque a ciertas ideas prefabricadas, propias de la derecha más reaccionaria, que sólo sabe reproducir el discurso del dominador.
Estrictamente verídica, me parece la poética de Almada,increíblemente determinada, determinada hasta el frío y el escalofrío, venida del centro abrasado de la palabra que era deseo, la poesía de Almada –al menos, ella– está aquí para enlazar nuestras manos muertas con las rosas negras de los glaciares.
Fau Percy
Excelentes comentarios, che. En realidad coincidimos en que el tema es el espacio. Mi reflexión apuntaba al modo de medirlo, de sentirlo. A esa aritmética de intelectuales renegados que juran y perjuran que dos más dos siempre es igual a estoy solo, atrapado, y me muero. A la poética de la desolación frente a un espacio en el que sólo ven cadenas perpetuas y eterna soledad poscoito.
ResponderEliminarMe refería al profeta-rapsoda del ocaso, más dogmático que el Papa: "Ok, mamón -le diría- ya llegamos a orillas de la nada que tanto te angustia. Quedate acá llorando tu aritmética de mierda. O parate, y metete en la nada. Y cruzala entera.
A mi me parece humildemente que la discusión se ha deviado. He leído el texto, y el autor apunta hacia lo polìtico y no hacia lo moral.
ResponderEliminarNo creo que este haciendo una apología moral de la utodestrucción, además en ningún lado manifiesta temor a la nada.
Facu
Coincido en que la nada no es algo a loq ue se le teme.El infierno tan temido,recordemos a Onetti, sino esa desnudez a la que se ven expuestos Adan y Eva cuando son expulsados.En algún texto de m.g.Freites hay una frase que me quedó dando vueltas: " Es preferible hundirse en la franqueza antes que elegir otra máscara." Por otro lado creo que en ningún momento hay un juicio moral, es una literatura profundamente política cuyo fin es problematizar aquello que es considerado bueno por la sociedad.
ResponderEliminarPensemos que la sociedad dominante es reacia a problematizar, prefiere seguir reproduciendo el orden establecido.
También deberíamos tener en cuenta que l aesferanza es una virtud infusa, y cuando hablamos de algo infuso nos referimos a una herencia recibido en contra de su voluntad.
Los felicito por atreverse a discutir, a poner en tela deb juicio estas cosas.
Profesora Vanina Maggio.
Marcos,
ResponderEliminar"La reacción se defiende viendo otra cosa. No puede ver más que la masa o la chusma. No tiene otra cosa en la cabeza, ni en el alma ni en la mirada. No hay, en ese emisor histórico que resurge cada tanto, ninguna posibilidad de multitudes felices. Es más. Ese emisor cumple la función de mantener sojuzgadas a las multitudes para que nunca dejen de sentirse bárbaras.
Los verdaderos cambios, lo que no son cosméticos, sino rasguños en la costra del statu quo, suponen una revolución simbólica. Porque siempre el sujeto del cambio es el bárbaro que se libera de la mirada del griego o del romano y empieza a nombrarse a sí mismo de otra manera."
JIMENA AGARAÑAZ
En Freites hay una negación, personajes invalidados por esa realidad, que existen gracias a la literatura y se descubren como seres destinados a escribir, y de esa forma molestar a lo impuesto.
ResponderEliminarA ver si logramos ponernos de acuerdo. La poética del encierro nos remite a dos nociones fundamentales. Por un lado, al encierro del hombre en un cuerpo condenado a ser nada y, por el otro, al sometimiento que le imponen las normas, las instituciones y la cultura dominante. Ambas nociones pueden resumirse en una sentencia: “Soy un preso condenado a muerte”. A partir de allí, nos recita su catálogo interminable de lamentaciones: “Esa perpetua mentira a la que con total confianza llamamos vida”, “Avanzamos impulsados por la esperanza de un buen final. Pero no es posible. Sólo resta un temporal que acomode los despojos”, “Nadie escapa de este campo de concentración”, “La tribu es lo que al fin nos destruye”, y así continúa su penosa letanía en la que hacer el amor es apenas un mecanismo para manchar sábanas o para llenar de espermatozoides el inodoro. Por ello comentaba antes que en el corazón de esta poética late la desesperanza y el miedo a la nada.
ResponderEliminarLeí por allí que la esperanza es una “virtud infusa”. Con todo respeto hacia los profesores de catequesis, yo creía que a esta altura de la historia ya habíamos superado el principio teológico que presenta a la esperanza como un don que el hombre recibe de Dios. La esperanza es una decisión libre, no tiene que ver con dioses o promesas de resurrección; es la esperanza de un hombre que se asume como creador de si mismo, de su infierno, de su paraíso y de la eternidad. No es su propia eternidad la que está en sus manos, pero sí la de su tribu.
Jorge.
Ah, pero acá hay un error en cuanto a de que hablamos cuando hablamos de esperanza. Me parece que en este texto se intenta criticar la idea de esperanza impuesta desde el seno de la iglesia, y no la idea de esperanza que expresa el lector, ya que esa es la voluntad del super-hombre, en este punto retomemos Nietzche, porque es casi nietzcheana esa idea
ResponderEliminar"La esperanza es una decisión libre, no tiene que ver con dioses o promesas de resurrección; es la esperanza de un hombre que se asume como creador de si mismo, de su infierno, de su paraíso y de la eternidad."
Les agradezco que animen estas discusiones, ya que en esta sociedad encartonada,no hay espacio.
Mario
Pastore Jesus:
ResponderEliminarHermanos, la idea de esperanza abordada, es la de creer q no todo está perdido, sino solo las ganas de acabar, creo q el único salvador es ese que un día murió.
Tenemos que volvernos y salir de este espacio interior q sofoca por permitir la entrada del mal. El cuerpo es un encierro porque no pecamina el cuerpo y corrompe el alma.
Vamos por las doctrians reveladas y volvamos a la luz.
Pastore Jesús.
Bueno, Marcos, se me acabó el cognac así que hasta acá llego. No ha estado mal el asunto. Algunos rescataron la cuestión política (lectura que me pareció, digamos con total respeto, algo restringida); otros pusieron énfasis en lo estético. Por mi parte preferí, sólo a modo de provocación, remarcar el transfondo moral que subyace en lo político y en lo estético de la poética del encierro.
ResponderEliminarEspero que traigas más literatura pero, sobre todo, espero que traigas más cognac.
Un abrazo, hermano.
Fe de erratas: donde dice "transfondo moral" debe decir "trasfondo moral" (Jamás te fíes de un autocorrector)
ResponderEliminarES GENIAL CUANDO LO LLAMAN A MARCOS PROFETA MAMÓN REALMENTE LO DISFRUTE. UN APLAUSO A JORGE POR ATREVERSE A BAJRLE LOS HUMOS, Y ESA POSE DE POETA MALDITO. Me jode bastante esa actitud de estar de vuelta.
ResponderEliminarSIGAMOS ANIMANDO DISCUSIONES.
Norma.
A VECES ES FÁCIL TENER ESPERANZAS COMIENDO DOS VECES, VIENDO LA VIDA DESDE EL COMFORT...
ResponderEliminarES UNA SENSACIÓN, APENAS ESO.
DANY
El hombre se hizo de abajo, y un día dio el gran salto, la fortuna, la tranquilidad que da el comfort para ver con ojos esperanzadores el mundo. Desde ahí puedea cribillar al bastardo mamón, al pobrecito que sueña con escribir, y no comprendeq ue sus textos hacen agua por todos lados.
ResponderEliminarUn abrazo, Jorge, por poner las cosas en orden, era hora de quea lguien con la suficiente autoridad le cortara las alas a este tipo.
¿Quién se cree que es? Por favor.
Abrazos, Meli.
Levantar esas banderas es absurdo, debemos buscar otra forma de discutir, tal vez algo más cercano a la literatura.
ResponderEliminarMe imagino que estas discusiones continuaran, y nadie va a reconocer la valentía del autor,que ha problematizado la situación exponiéndose.
Florcita)
Amigo: Aunque no estés aquí.Aunque estés a años sombra de distancia te quiero de repente
ResponderEliminara las tres de la tarde,la hora en que los locos
sueñan con ser espantapájaros vestidos de marineros espantando nubes en los trigales. Marcos, amigo, que ganas de verte me dan al leerte. No sé si recordarte es un acto de desesperación o elegancia en un mundo donde al fin el único sacramento ha llegado a ser el suicidio.
Tal vez habría que cambiar la palanca del cruce
para que se descarrilen los trenes.
Hacer el amor con la chica de la estrella tatuada en el único Hotel del pueblo
para oír rechinar los molinos de agua
e interrumpir la siesta del policía
y del proxeneta, Si caigo preso por ebriedad o toque de queda
haceme señas de sol con tu espejo de mano
frente al cual me encuentro
como mis compañeras de tiempo de primaria.
Un abrazo, Facu.
Te quiero un montón, amigo.
Mea culpa
ResponderEliminarAdemás de forzarme a comprar otra botella de cognac, los últimos comentarios me recordaron la vez en que, en la escuela de periodismo TEA, Diego Bonadeo, el papá de Gonzalo, me rezongó: “Mirá pibe (sí, ya sé, fue hace un siglo) a mí no me vengas con estupideces. Cuando tu lector entiende algo distinto de lo que vos quisiste decir, no se te ocurra acusar de pelotudo al lector. El pelotudo incompetente fuiste vos”. Salí sangrando ego y puteando por lo bajo a los lectores pelotudos y a Bonadeo; pero él, en gran parte, tenía razón. Ahora, mea culpa, debo admitir, hubo quien entendió que lo de “Profeta y mamón” era una descalificación personal dirigida a Marcos, y que mi intención fue la de “ponerlo en su lugar”, “bajarle los humos”, “acribillarlo” y no se que más. La verdad es que mis dichos tenían un sentido general, impersonal, y la única pretensión fue la de agitar el avispero poniendo en tela de juicio los presupuestos de cierta literatura. Tampoco soy tan idiota, bueno, a veces no lo soy, como para ignorar el hecho evidente de que la desilusión y la angustia son las putas madres de gran parte de la mejor literatura de la historia. Sucede que si nos quedamos en la angustia existencial como punto de llegada, corremos el riesgo de caer en lo que hoy ya son lugares comunes, repetidos hasta el hartazgo por los genios inigualables de la Europa de posguerra.
En cuanto a quienes se montaron a mis dichos para menoscabar al autor, acepten mis disculpas por no haber sido, una vez más, lo suficientemente claro, pero les pido que no me cuenten entre sus filas para eso.
Muy bueno tu texto, Facu..
Jorge
CUALQUIERA QUE HAYA LEÍDO MÁS DE DOS TEXTOS DE FREITES, LLEGA A LAS SIGUIENTES CONCLUSIONES:
ResponderEliminarA) ESCRIBE BIEN, PERO PODRÍA ESCRIBIR MEJOR
B) FREITES ES UN EGOLATRA
C) FREITES ESCRIBIRIA MEJOR SI NO FUERA EGOLATRA
ME SORPRENDE QUE SE LE PRESTE TANTA ATENCIÓN.
KARINA MONTES
Lo que no se remarca es ese atisbo de individualidad romántica, que es visible en los poemas de Freites. Del imperio gozoso de las libres sensaciones y del regocijo de la memoria fiel, se pasa al descubrimiento de otra tonalidad de las palabras, más firmes, más seguras y propias. El poeta conoce ahora el otro lado de la luna.
ResponderEliminarY eso vale para que lo siga leyendo,a pesar de tanta crítica.Freites peor, pero peor qué quién?
Caro.
Deberían hablar de Deleuze cuando se refieren al encierro, me dio tristeza que no estuviera incluido en la discusiín.
ResponderEliminarKARPOnauta
Es verdad también se debió incluir a Foucalt, pero es interesante que funcione como detonante para discusiones de este tipo.
ResponderEliminarLucy Sky
Es total este encierro, uno no puede escapar, hace días que no salgo y me encuentro con este texto... me atormenta no me dejan salir... parece un llamdo, Martín... desde mi kuarto
ResponderEliminarMe gustaría leer algo más de esa prosa enferma, de ese allegado a satan que es r.r.almada-. espero que os acerqueis.
ResponderEliminarLibia
Almada me mata !!1 es el reventado necesario para crear-abrazotes-y muchas drogas desde jalisco para los literatos ambulantes y su maestro, R-r. ese eeeenciiiiiierro...maldiiiitooooooooo
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