Por Ayelen Pilmayken
PARA HUIR GRITANDO
Mi piel
acaricia el borde de tu nombre.
Absorbe las partículas
inertes que exhala tu boca al jadear
y como una viajera desorientada
me condeno al ritual de tus brazos
que pulsan mis piernas como remos
en la absolución del amanecer.
que desintegra al abrazarte
y arrojo a la cama la urgencia
de estos muslos que enmudecen
como mariposas rotas del deseo.
Estoy hecha de interrupciones,
de transparencias
que te niegas a habitar.
Discutíamos
asuntos de trabajo
es prudente
conservar la elegancia mantener la prudencia
después de todo, esto no es más
que un breve descanso, un respiro
que tomo, en mitad del recorrido.
Todo es tan
extraño en estos días
si consideramos
la situacióny de una manera casi neutral
la sopesamos, fríamente
como quién deshoja margaritas
curvadas por la última nieve.
Discutíamos
la situación con franqueza
decidíamos con
precaución cuando de pronto, vos,
si vos, el que se había empeñado
en neutralizar todos mis embates,
te hundiste en mí, sin piedad.
después hicimos unas llamadas
enviamos algunos mensajes
para dar cuenta de nuestra existencia
e hicimos de cuenta que no,
no había sucedido nada.
Vos, que
podías ver el porvenir
a través del
ojo de la cerradura y te negabas a mirarme
al final te decidiste
y con una mueca me señalaste
hasta dónde querías llegar,
lo hiciste sin vacilar, sin dudar
como en los malos poemas
y yo que vivo en agonía
te miré sorprendida,
incapaz de ser cómplice
de todo este convencimiento repentino.
Arrecife de
flores artificiales
un sonajero temblando en la profundidad
al que sólo llegan los esfuerzos
cuando separamos pliegues
y los días ya no llevan espumas
y la noche se empeña
en anunciar temporal.
El colibrí
se asoma insistente
en el vórtice
del adiós inconclusocuando el día se ha disuelto
y yo me quedo esperando palabras
que el viento no ha de traer
y vuelvo a mirar tus fotos
como si intentara develar algo,
algo que no permitiste considerar,
cuando baje la guardia
y dejé que me golpearas
con la violencia que acostumbras.
Ayelen Pilmayken . Nació en Divisadero, en 1992.
Es excepcional ese amor que recorre los poemas de Carla. Me gusta mucho como escriben las chicas de San Luis. ESPERO IR DE VISITA ALGÚN DÍA Y CONOCER LAS POETAS DE ESA CIUDAD. HABRÁ UNA GENERACIÓN MÁS QUE INTERESANTE DE ESCRITORAS. BESOS A CARLA. IMPRIMI SUS POEMAS Y LOS RE-LEÍ VARIAS VECES. PARA CUANDO UNA ANTOLOGÍA SELKIS.
ResponderEliminarSALUDOS DESDE LINCOLN, B.AIRES. GUILLERMO AMAYA
Estas semanas que no se le vio la cara a Freites fueron más tranquilas ! Se dieron cuenta? Es el único que no apela a la armonía!! Su resentimiento lo supera... Siempre quejándose sin permitir que la luz de la felicidad lo invada. A la vida hay que disfrutarla ! La literatura es un pasatiempo no una obligación! Lo importante es ser alguien, tener una casa , una vida ...
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