UN ACERCAMIENTO POSIBLE AL UNIVERSO SPINETTA
Por Luciano Achervi
Los caminos de trigo pueden desentrañarse a través de su silencio.
El silencio, a sí mismo, nos dice una parodia que interpreta la irrealidad como algo en el todo incierto. Por ello, Spinetta, suele convocarse, o mejor dicho, el maestro relega sus arpegios y en un mismo acto explota y preña con sangre ambarina a Artaud como una pseudo comedia montada entre armas de una espera infinita.
La espera prosigue con los años y se ejecuta la estática ineludible de bocados bonarda, de una estúpida sensación de dejar la huella, la metáfora de los cielos por la delgadez que se refugia en cada pausa de la omnipresencia; horas más que abandonan su declive para subir levemente en arremetida del nuevo circo que es, fue y será Invisible.
Las máscaras del grotesco huyen hacia la “herida”. París retiene sus versos y ahora se niega el sexo. Las puertas, las luces; toman claroscuros de hecatombes sonoras. Y en éxtasis de una atmósfera insondable nadie escucha nada. Nadie es el jazz de Bill Evans. Nadie el solo inconmensurable de Thelonious Monk en “Ruby my dear”.
En efecto, Jade es el rayo impredecible en la prestidigitación caníbal de sus miembros; condecorados póstumamente, abandonados por el “flaco” en la estridencia inaudita de Los socios del Desierto.
Un mañana es el exilio de tréboles y acacias flageladas, en donde Spinetta recorre su alma muerta en el cadáver de perpetuar el idilio de las soledades en alturas, en pristinidades que captan el viaje sonoro, el viaje púrpura de “Mi elemento”, la sensación turmalina de “Vacío sideral”, la estridencia escarlata de “Preso ventanilla”, el ademán místico de “Hombre de luz”, el lapsus montañés de “Hiedra al sol”; y aquello que el olvido frecuenta por la necesariedad de elidir y retomar la juventud de un “Cementerio club” que avizora la luz en vados de inercia.
A todo esto, la consecuencia de un disco solista es la evolución remota que se experimenta al ser uno por parte de uno y parte de los versos que se integran en otra voz paralela a ese fuego que se muestra en “La sed verdadera”, la piel que se cierra y excomulga la interrupción que nos ilumina por instantes.
A todo esto, Spinetta se encierra en estrellas permeables del unísono e intenta excomulgar la poesía incendiada por la voz estupefacta de la indolencia.
CINCO CANCIONES
Por R.R.Almada
Por R.R.Almada
1. Cantata de los puentes amarillos. Pescado Rabioso. Artaud. “ Hubo una época en que escuchaba esa canción y podía ver en mi cabeza varias pinturas de Van Gogh. Después esa sensación me pareció tan obvia y me vi asaltado por una serie de grabados chinos que vi en la casa de una prostituta taiwanesa.”
2. Los libros de la buena memoria. Invisible. El jardín de los presentes. “La primera vez la escuché en vivo en un programa de Badía. Tocaba Spinetta Jade con Aznar. Después me compré el disco. Siempre pensé que hacía alusión a una borrachera metafísica, la única embriaguez que se puede permitir Luis Alberto. El verso: Ya se ven los tigres en la lluvia, me parece magnífico y sugerente. Me molesta mucho cuando simplifican la poesía de Spinetta como un mero delirio.”
3. Durazno Sangrando. Invisible. Durazno Sangrando. “¿Es una canción sobre la menstruación? Siempre imaginé eso, tal vez motivado por la tapa del disco. Ese durazno con forma de vagina. Este me parece uno de los discos más femeninos de Spinetta. Hay que escucharlo con un libro de Jung en la mano. Roxana Amed hace poco grabó una versión exquisita de este tema.”
4. Tía Amanda. Luis Alberto Spinetta y los socios del desierto. Estrelicia. “Tal vez ningún crítico la considere como una de las mejores creaciones de Spinetta, pero hay algo hipnótico en esa canción. Recuerdo haber fumado infinidad de cigarrillos escuchándola una y otra vez. Hay una sensación de despertar, de alumbrar que la hace bellísima.”
5. La bengala perdida. Luis Alberto Spinetta. Téster de violencia.” Hay algo profético en esa canción. Prefigura cromañón casi veinte años antes. La escucho y parece escrita contra ciertos primates del rock, para los cuáles era mucho más interesante lo que pasaba abajo que lo que sucedía arriba. Me dio risa leer que el verso: Tití portando un dulce Exocet, hacía referencia a un periodista deportivo. Seguramente Spinetta alude a la monada barrial, piola y canchera. Vos la escuchas y ves al gil con los pelos largos, con la camiseta de su equipo bardeando, agitando, con la bengalita. El ojo que mira el magma.”
yo propondría otras canciones:
ResponderEliminar5. Figuración
4. A estos hombres tristes
3. Laura va
2. Blues de Cris
1. Como el viento voy a ver.
Cariños. Fabián.
la bengala perdida alude al hincha de racing que fue atravezado por una bengala. un nene. no entendes nada de spinetta.
ResponderEliminareso es lo obio, pero lo que el pibe escribe es una lectura mas que la superficial nabo anonimo
ResponderEliminartiti portando un dulce exocet.... el chaval atravesado con la bengala, no seas wey !!
ResponderEliminarClaro !!! habla de la podredumbre de los hinchas.... Por un color , solo por un color, no somos tan malos !!!
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